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29/4/11

LITTLE SPACE ("ESPACITO")

El secretario general de la Unión de Guardias Civiles ha sacado a pasear los monos del circo del señor Rubalcaba. En una rueda de prensa, ha apuntado que la reciente limitación de la velocidad a 110 kilómetros por hora es una "auténtica tomadura de pelo", que esa medida tiene como único objetivo el aumento de la recaudación por multas de tráfico. Nada nuevo, aunque sí obtenemos un refrendo oficial de un secreto a voces.
"Se trata de recaudar y punto", ha declarado sin paliativos el representante de la Benemérita.
Pero además, ha denunciado las presiones que están recibiendo los agentes de tráfico para que aumenten el número de denuncias, amenazando a los que no lo hagan con una rebaja mensual de 200 euros. De hecho, para corroborar esta acusación, el portavoz ha presentado a los medios un documento oficial mediante el cual se advertía a los agentes que perderían ese complemento si no se cumplían los objetivos de denuncia.
Es muy grave que un titular de esta envergadura y de tamaña desvergüenza haya pasado de puntillas por los principales periódicos de nuestro país, como también es denigrante que los muchos gilipollas que inundan la geografía patria se deshagan en elogios hacia esta medida de engañabobos.
No nos dejemos embaucar. La palabra mágica no es otra que recaudar y lo demás son disfraces que arengan a la mentada cohorte de cretinos.
La medida "ahorradora" del señor Rubalcaba es equivalente a las que calladamente están llevando a cabo por toda España los Ayuntamientos en connivencia con las estériles Diputaciones. Presumen en los medios de no subir los impuestos mientras meten la mano por otros cauces en el bolsillo del ciudadano.
¿Que los Ayuntamientos no tienen dinero?
Cierto.
Pero no lo tienen porque hay que pagar los sueldos de los compañeros, amigos, queridos, amantes, desposados, cuñados y primos lejanos que han ido colocando digitalmente de forma masiva.
La provincia de Cádiz y, en especial, la ciudad de Jerez no escapan de la tónica general sino más bien la encabezan. Por eso se van inventando artimañas, como RPTs simuladas u otras obstrucciones, para descubrir a la opinión pública la merienda de negros que han perpetrado durante años. Tanto la extinguible Diputación como el Ayuntamiento, mientras duró la bonanza, han funcionado como puro cortijo, sin embargo ahora la escasez ha dejado sus traseros al aire. La plantilla del Ayuntamiento de Jerez es un océano de amiguetes y, en los feudos del señor Cabañas, allá donde no se conoce la palabra alternancia, se refugia confortablemente el Frente de Juventudes del Clan de Alcalá y se intuyen infinitas montañas de mugre bajo las alfombras.
Al tiempo.
Así que sólo les queda el recurso de mendigar hacia arriba y recaudar hacia abajo, aunque sea a base de robos esquineros, de un ejercicio legal del saqueo, o sea, de masacrar al ciudadano a base de multas.
No es muy socialista imponer mil euros de multa a uno de los 31.000 parados jerezanos de eterna duración que hacerlo a un diezmilheurista público o privado, o a un alto cargo analfabestia de libre designación.
Y digo yo que, si es legítimo multar con 200 euros a un parado que no huele un céntimo porque se ha demorado cinco minutos en la zona azul, cuánto habría que imponer al señor ZP y a sus inutilísimos colaterales por sus tardanzas y torpezas; o por negar nuestra enfermedad, por retrasarse en el diagnóstico y, finalmente, por tratarla equivocadamente dejando tras sí varios millones de cadáveres. Pues seguro que no serán multados. En todo caso serán castigados con un título de Marqués o con un puesto de asesor económico en Bruselas.

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